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Como COVID ha revelado puntos ciegos y oportunidades para servir a la comunidad latina

La crisis de COVID ha realzado la importancia de la colaboración a través de varios sectores para poder proporcionar servicios de manera efectiva
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Salvador Enriquez y su hija, Azul Enriquez, llegan a casa después de su estancia en el hospital debido a COVID-19. (Foto cortesía de Elvia Robles)

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Después de perder sus trabajos en marzo debido a la pandemia del coronavirus, Elvia Robles y su esposo, Salvador Enriquez, batallaron por un rato— hasta que las cosas se pusieron peor. En mayo, los dos empezaron a tener síntomas de COVID-19. Mientras ella empezó a mejorar después de unos días, él no.

“(Los doctores) nos dijeron que su estado era muy crítico. En vez de estar mejorando, él estaba empeorando cada día… Ya no miraban una mejoría en el, para ellos ya no había más que hacer. Yo decidí luchar hasta el último momento”, dijo Robles. “Para entrar en su corazón, para seguir luchando, para que yo luchara y ellos lucharán junto conmigo, y así estuvimos”

Enriquez fue entubado en el hospital y estuvo en coma por aproximadamente un mes.

“Era nuestro aniversario de bodas y él todavía estaba dormido, y yo lo único que pedía es que él estuviera despierto o de perdido saber que estaba un poquito mejor. (Dos días después) él abrió sus ojos. Fue el regalo más hermoso que pudo llegar a mi vida”, ella dijo.

La familia continúa luchando con las secuelas de COVID-19. La enfermedad le dejó el brazo izquierdo de Enriquez inmovilizado. Él ha perdido algo de su cabello y uñas, y los dos siguen sin poder regresar a trabajar tiempo completo. Robles empezó una página de donaciones en GoFundMe page para recolectar fondos para pagar los gastos médicos de su esposo.

Un impacto desproporcionado

Aunque no todos los que contraen COVID desarrollan complicaciones serias por la enfermedad, la gente hispana en el Condado de Boulder ha sufrido desproporcionadamente en términos de salud y medios de sustento.

En el condado de Boulder, de acuerdo a las estadísticas publicadas por parte del Departamento de Salud Pública el jueves, cerca de 30% de los residentes que resultaron positivos o se consideran con probable diagnóstico de COVID-19 eran hispanos o latinx. Cerca de la mitad, el 44.7%, de aquellos que fueron hospitalizados debido a COVID también son miembros de la comunidad latina.

Las estadísticas en Longmont son aún más alarmantes. De acuerdo a datos proporcionados por Chana Goussetis, portavoz del Departamento de Salud Pública del Condado de Boulder, el 28 de septiembre, la tasa de infección entre la población latina/hispana es seis veces más alta que entre la población blanca no hispana, y aún más alta comparada a otros grupos no hispanos.

COVID-latino-graph2Fuente: Departamento de Salud del Condado de Boulder

“Desafortunadamente, todavía vemos COVID-19 a niveles más altos en la comunidad latinx a comparación de otros miembros de la comunidad, proporcionalmente”, dijo Goussetis.

Este impacto desproporcionado refleja tendencias que se ven a nivel nacional.

El més pasado, un artículo de NBC News, citando al Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, reportó que las hospitalizaciones de latinos el 19 de septiembre eran 359 de cada 100,000, comparado con 78 de cada 100,000 entre la población blanca. Las muertes relacionadas a COVID-19 eran 61 de cada 100,000 entre la población latina comparada con 40 entre la gente blanca, y los latinos representan el 45% de las muertes de gente menor a 21 años, de acuerdo al artículo de NBC News.

 

2020_10_11_LL_latino_covid_ELPASO VOZFacilitatora Ana Gabriela enseña una clase de empoderamiento al grupo de ELPASO VOZ de Longmont en el parque Roosevelt Park el 29 de septiembre (Foto de cortesía de ELPASO Movement)

Acceso desigual a apoyos

Barreras institucionales que dificultan el acceso a cuidados médicos preventivos, comida saludable, vivienda estable y segura, educación de calidad y medios de transportación contribuyen a este impacto desproporcionado, de acuerdo al Departamento de Salud Pública del Condado de Boulder.

“El problema está arraigado en generaciones de racismo e inequidades sistémicas. Nuestra estrategia a largo plazo es basar todas las decisiones que tomamos en un marco de equidad racial para identificar daños involuntarios y las necesarias estrategias culturalmente adecuadas”, dijo Goussetis said.

Jorge de Santiago, director ejecutivo de El Centro Amistad, y su equipo han visto este impacto muy de cerca. 

De acuerdo a una encuesta realizada por El Centro Amista en abril, de 787 personas latinas en el Condado de Boulder que respondieron, el 90% ha experimentado inequidades en áreas como la vivienda, el empleo, la educación, el apoyo económico y acceso a servicios de salud. Específicamente, el 91% indicó haber perdido su empleo y el 71% dijo que no tenían acceso a cuidado médico o preventivo.

“De las familias que nosotros hemos ayudado, que son aproximadamente unas… 700 familias en todo el condado, del 65% al 70%... son familias indocumentadas. El resto de estas familias es lo que se les llama ‘nexus status’ (donde) hay alguna persona que es documentada y recibió el cheque de estímulo”, dijo de Santiago, añadiendo que aunque estas familias sufren de un impacto desproporcionado en muchas áreas de sus vidas, la economía del hogar es la que se ve más afectada.

Entre la población latina, la comunidad inmigrante e indocumentada es la más marginalizada, dijo Laura Soto, gerente de operaciones de la Fundación Philanthropiece, quien ha visto sufrir a aquellos que temen buscar ayuda.

“Tienen miedo de la regla de la carga pública, de ser reportados a ICE, de ataques del gobierno”, ella dijo.

Para la familia de Robles, el no tener número de Seguro Social ha afectado sus posibilidades de recuperar sus trabajos.

“Nos impactó económicamente como no tiene una idea porque perdimos nuestra casa, lo perdimos todo. Teníamos poquitos ahorros y se nos fueron cuando empezó la pandemia”, ella dijo, añadiendo que únicamente ha podido trabajar entre 10 a 15 horas a la semana en servicios de limpieza.

La vida de las familias latinas a través de la comunidad ha sido impactada de diferentes maneras debido a COVID-19 y a la pandemia.

Las experiencias varían mucho, pero las vidas de casi todos se han visto afectadas por las crisis de salud y económica, de acuerdo a Carolina Neri, organizadora comunitaria en ELPASO, una organización comprometida a elevar la voz de los padres latinos.

Para Mónica Pulido y su familia, hubo mucha incertidumbre cuando el trabajo de su esposo, en la industria de la construcción, paró por un mes.

“Mucha gente no llega a recuperarse o a salir adelante, no se a que se deba. Es cosa de preocuparse porque tenemos que seguir con nuestra vida normal. Pienso que si salgo a la tienda igual me puede dar cuando hago el mandado y a mi esposo cuando va al trabajo”, dijo Pulido, añadiendo que el sobrino de su esposo, quien estuvo gravemente enfermo de COVID-19, continúa batallando con las secuelas de la enfermedad, y el tío de su esposo falleció debido al virus.

A pesar de que son variadas, lo que muchas historias tienen en común, son el miedo y la duda de acceder a recursos que están disponibles, dijo Soto.

“Sigo escuchando a miembros de la comunidad decir que tienen miedo de pedir recursos, reportar condiciones médicas. Hay un cierto número de personas que han estado enfermas y sufrido mucho sin poder cubrir sus necesidades básicas, que no han accedido a todos los recursos que están disponibles. Están ahí, enfermos y aislados porque les da miedo salir a la luz”, ella dijo.

Una solución de muchos años

Por las últimas décadas, líderes de la comunidad latina han abogado por mayor equidad y mejor representación, de acuerdo a Guillermo Rivera-Estrada, coordinador de Suma y del Programa de Resiliencia de Agentes Culturales en el Condado de Boulder. Por medio de redes formales e informales, líderes y gestores culturales han impulsado soluciones, él dijo.

Iniciativas como el proyecto de Resiliencia Para Todos, desarrollado para identificar barreras y crear “un puente entre un sector vulnerable de nuestra población latina, recursos comunitarios y gobiernos locales en la ciudad de Longmont y el condado de Boulder” a consecuencia de las inundaciones del 2013, de acuerdo al sitio web, así como la labor del día a día de grupos comunitarios han llevado al fortalecimiento y a la formalización de relaciones y redes que apoyan a la población latina e hispanoparlante, dijo Estrada-Rivera.

Soto dijo, “Las organizaciones lideradas por latinos tienen una conexión directa y continua con la comunidad inmigrante, y la gente ya sabe que pueden confiar en estos lugares. Ellos han estado para la comunidad durante este tiempo y por muchos años atrás. Han sido reconocidos por la misma comunidad como las organizaciones de confianza que les van a dar las respuestas a sus preguntas y los van a guiar.”

Organizaciones como El Comité de Longmont, El Centro Amistad, ELPASO y, más recientemente, Intercambio, entre otros grupos formales e informales, han jugado el rol de conectar a la comunidad latina con agencias que dan apoyo, de acuerdo a Soto.

“La manera en la que llegamos a la comunidad es por medio de las organizaciones sin fines de lucro lideradas por latinos. Gracias a su labor directa, su trabajo de divulgación y su relación cercana con la gente pudimos distribuir asistencia de dinero en efectivo a aquellos que no recibieron nada de apoyo federal”, ella dijo, añadiendo que por medio de esta red y el apoyo de organizaciones sin fines de lucro en el condado, Philanthropiece pudo llegar a 200 familias indocumentadas quienes recibieron $500 dólares de asistencia en efectivo.

Lo que las crisis de COVID han revelado es sistemas incapaces de servir a toda la gente, dijo de Santiago.

“Estamos hablando desde el aspecto gubernamental, desde el aspecto institucional en clínicas y hasta en organizaciones (sin fines de lucro), las cuales realmente no están preparadas todavía para darle el acceso y la igualdad a nuestra comunidad en situaciones así”, él dijo.

De Santiago reconoce que organizaciones sin fines de lucro dedicadas a proveer apoyo para las necesidades básicas, como Emergency Family Assistance Association, o EFFA por sus siglas en inglés, OUR Center y Sister Carmen, han sido clave para mitigar los impactos de la pandemia, pero sus servicios tienen límites.

“Si no fuera por estas organizaciones, nuestra comunidad estaría en la calle y se los agradezco muchísimo. Pero al mismo tiempo su capacidad llega a un límite”, él dijo.

Entre las barreras más grandes está el poder usar fondos gubernamentales para servir a la comunidad indocumentada, de acuerdo a de Santiago. Además, el Condado de Boulder, ha tenido que confrontar un punto ciego cuando se trata de servir a la comunidad latina, la cual requiere servicios más sensibles a la cultura, él dijo.

 

2020_10_11_LL_latino_covid_El Comite1Administradora de casos de El Comité de Longmont, Rosy Quiroz, ayuda a clientes en persona en la oficina de la organización. (Foto cortesía de El Comité de Longmont)

“Las instituciones, los (funcionarios electos), las organizaciones grandes lideradas por personas que no son de color, o blancas, tiene que entender que si estas dando un servicio o un apoyo a gente de color necesitas tener personas de color o de su misma cultura dando el servicio”, dijo de Santiago. “El ser bilingüe no es suficiente.”

La Fundación Comunitaria del Condado de Boulder proporcionó $15,000 a El Centro Amistad, y, con el apoyo de EFAA, pudieron dar ayuda a cerca de 150 familias durante lo más duro de la pandemia, dijo de Santiago.

Lo que parece ser un factor determinante para llegar a la comunidad latina en tiempos de crisis es tener su confianza.

“La gente viene a El Comité porque tienen confianza en nosotros. Si tienen preguntas de la policía, si tienen cosas de violencia doméstica (vienen). Luego nosotros hablamos con estas agencias y ayudamos a la gente”, dijo Donna Lovato, directora ejecutiva de El Comité, añadiendo que han sido una de las pocas organizaciones que ofrecen servicios en persona durante este tiempo. “Ellos se sienten mejor (de poder) venir a la oficina y hablar cara a cara”, ella dijo.

El Comité ha recibido $45,000 dólares de la Fundación Knight y la Fundación de Salud de Colorado, así como fondos del condado, la ciudad de Longmont y otras instituciones de filantropía, de acuerdo a Lovato. La mayoría de este dinero ha llegado directamente a las manos de los clientes, ella dijo.

El problema con el acceso no es únicamente debido a la falta de conocimiento o del miedo al sistema, también existe un sentimiento de orgullo que muchos miembros de la comunidad latina sienten en cuanto a pedir ayuda, dijo Tere Garcia, directora ejecutiva de ELPASO.

“La situación cuando llega uno de otro país, es que en (otros países) no hay estas agencias (de ayuda). A (la gente en esta comunidad) nos da pena pedir, pero aquí si no pides te mueres. Poco a poco los padres han estado aprendiendo a ir. No quieren rogar, pero les decimos que no es rogar, es insistir”, ella dijo.

Aún mucho por hacer, pero hay esperanza

La complejidad de la solución se asemeja a la complejidad del problema, y todavía hay muchas piezas del rompecabezas que se pueden mejorar, especialmente en cuanto al acceso y la distribución de información de los recursos disponibles, dijo Estrada-Rivera.

“Se necesita crear confianza y relación para que la gente busque los recursos y los acceda”, él dijo.

Lo que se ha vuelto evidente es que, a medida de que miembros de la comunidad latina experimentan una necesidad sin precedentes y, a su vez, reciben apoyo culturalmente adecuado y una mano amiga, están más dispuestos a pedir ayuda.

“Lo que pasa es que cuando ayudas a un grupo pequeño de gente, la voz se corre, y esto es especialmente cierto para este grupo de la población. La gente le dice a sus vecinos y amigos, y ahora todos lo saben”, dijo Martin Martinez, especialista en apoyo a familias del Departamento de Vivienda y Servicios Humanos del Condado de Boulder.

Los gestores culturales han tenido un rol clave en conectar a la gente a los recursos disponibles. Así lo ha vivido Martinez, un gestor cultural en la comunidad cuya labor se extiende más allá del típico día de trabajo de 9 a 5.

Una tendencia que él dice haber notado es que las personas tienden a buscarlo a él personalmente en lugar de llamar al departamento para el que trabaja. “Recibo muchos mensajes de texto. La gente me dice que (tal persona) les dió mi teléfono y les dijo que yo los podía ayudar con la renta. He notado esto mucho”, él dijo. “Para que yo pueda trabajar en algo, tengo que creer en lo que estoy haciendo. Si voy a hacer todo este trabajo extra es por que quiero ayudar a la comunidad.”

La crisis de COVID ha realzado la importancia de la colaboración a través de varios sectores para poder proporcionar servicios de manera efectiva, de acuerdo a de Santiago. Esta también ha ayudado a resaltar las fortalezas y la resiliencia de la comunidad.

Neri de ELPASO dijo, “De una forma u otra siempre vimos más por los que estaban enfermos y no podían salir, llevándoles comida, medicina, a parte de los apoyos. Ese tipo de cosas es lo que hace muy fuerte al grupo… a la comunidad, que nos apoyamos en ese sentido, (con) familias y vecinos que se apoyan.”

 

2020_10_11_LL_latino_covid_Centro_AmistadPromotora de salud de El Centro Amistad, Lupita Jaime, dando una presentación acerca de bebidas azucaradas en la casa de un cliente antes de que la pandemia empezara. (Foto cortesía de El Centro Amistad)

 



Silvia Romero Solís

About the Author: Silvia Romero Solís

Después de viajar por el mundo, Silvia llegó a establecerse en Longmont. Ella busca usar su experiencia en comunicaciones y cultura para crear más equidad y diversidad en las noticias de Longmont.
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